Miembro del Comité de Ética en Investigación de Christus Muguerza del Parque (Chihuahua, México).
Ex alumna del Diplomado de Ética y Normatividad en la Investigación Clínica
Miembro del Comité de Ética en Investigación de Christus Muguerza del Parque (Chihuahua, México).
Ex alumna del Diplomado de Ética y Normatividad en la Investigación Clínica
Miembro del Comité de Ética en Investigación del Centro Hospitalario Mac Bernardette (Guadalajara, México).
Ex alumna del Diplomado de Ética y Normatividad en la Investigación Clínica
He logrado poder desarrollar esta maravillosa ciencia en la vida diaria, en mis pacientes, he trabajado mucho con paciente terminal, mucho en pediatría, y actualmente me desenvuelvo como especialista en enfermería en el área de medicina interna, ginecología y traumatología, más que todo con el adulto mayor y créanmelo que si es muy importante ese granito de arena que pone uno de humanidad de respeto a la persona y de poder entregar uno a ese ser que esta desvalido un poquito de lo que uno ha aprendido, un poquito de lo que uno tiene.
La Bioética debe ser un área rectora en el sentido de formalizar por un lado, la investigación en cuanto a hacer un freno en llevarlo a cabo de manera adecuada.
Tenemos que cuidar nuestro medio ambiente, tenemos que ver por el sentido de que no por el avance tecnológico luchemos en contra de nosotros mismos y obviamente tenemos que ver por los valores, entonces desde la infancia y desde la familia tenemos que cultivar éstos.
En relación al impacto de la Bioética en los pacientes, en los hospitales, en donde fundamentalmente laboro, creo que ahí es fundamental. La práctica médica siempre es humana y obviamente si vemos el sentido humano de la práctica de la medicina, seguiremos viendo y llevando a cabo una medicina de un sentido de valores con un sentido humano. Cuando no lo vemos de esa manera llegamos a hacer una medicina mecanicista, en donde vemos laboratorio, exámenes de rayos X, pero nos olvidamos de lo más importante que son las personas.
La Bioética le da al paciente su derecho como persona y uno respetaría su dignidad, entonces yo creo que ahí sería un punto muy importante de la bioética mantener la dignidad de la persona que uno atiende y uno también en forma recibiría de ellos el respeto.
El significado de persona tiene un sentido muy amplio, pero yo creo que también muy concreto. Amplio porque implica a la persona verse desde el punto de vista espiritual, personal, corporal.
Por ejemplo el hecho de que una mujer luche por los principios del reino animal, y no estoy en desacuerdo, también yo lo haría, pero que en un momento dado no luchen por una persona, siento que hay una verdadera diferencia, que yo creo que es algo que ha perdido, han perdido o hemos perdido en la lucha de la persona humana. La persona desde la concepción “es”, y no hasta la doceava semana como muchas personas así lo dicen; entonces cuando yo veo a las personas luchar por la ecología, por los animales, pero esa misma persona establece que puede actuar en contra de una persona por debajo de la doceava semana. Entonces viene una contradicción muy delicada. Esa es una libertad mal encausada.
Mi experiencia en el colegio de Bioética como alumno fue muy grata, en el sentido de que yo busque la maestría tratando de ampliar más los conocimientos que tenía de medicina y ver otras áreas, que poco había explorado, y pues gratamente viene a romperse que es algo muy interesante, ya que tiene mucho que ver y mucha aplicación en lo que estoy haciendo.
Desde el punto de vista médico nos preparan mucho para ver la parte técnica de la medicina, ser muy buen especialista, ser muy buen médico, muy bueno curando y aliviando enfermedades, pero sin que nos detengamos mucho a reflexionar en la parte ética, en la parte de la bondad de los actos que realizamos como médicos, entonces desde el punto de vista de Bioética, pues empezamos a conocer que el actuar médico tiene unas consecuencias y que debemos estar bien seguros de lo que estamos haciendo desde el punto de vista de la bondad o la maldad del acto que hacemos.
El papel de la Bioética con relación a los adelantos tecnológicos o biotecnológicos, es que tiene que ser un marco regulador, tiene que ser una conciencia de esos adelantos tecnológicos cada vez más, ya que en los últimos 20 – 30 años se ha visto un avance muy acelerado en cuanto la tecnología médica y pues eso digamos puede ser una situación buena , siempre y cuando sea usada racionalmente, y con miras a hacer un bien a la persona humana, no podemos caer en la tentación que todo lo técnicamente sea hecho, porque podemos llegar a excesos, como lo es la clonación.
La tecnología médica tiene que estar bien alineada a un concepto de persona real e integral completo que involucre también su aspecto espiritual, su aspecto corporal y con ese sentido dirigir ese desarrollo de la tecnología, no solamente el crear máquinas, a crear dispositivos médicos con el fin de satisfacer nuestra capacidad científica con nuestra capacidad técnica, que tiene que estar siempre orientada hacia la bondad del acto hacia la persona.
En realidad la Bioética es parte de lo que yo creo que el médico debe tener, debe conservar, debe aprender y estudiar para que lo pueda mejor pasar a sus alumnos, particularmente si estamos en una situación en la que la enseñanza es transmitida a jóvenes estudiantes de medicina. La Bioética, que nació en 1970, tal vez sea una de las ciencias más jóvenes que la humanidad ha tenido en su haber y realmente es un puente que se tiende entre las enfermedades biológicas o los problemas biológicos o los problemas biológicos o las funciones biológicas y la conducta
La transformación de la antigua ética médica en bioética es uno de los avances mejor y más reconocidos dentro de lo que corresponde a la ciencia y afortunadamente la bioética incluye todas las corrientes del pensamiento.
En Nuevo León la primera Institución que se hizo con este fin determinado fue el Colegio de Bioética del Estado de Nuevo León. Yo fui de la 5ta generación.
El hecho de que yo haya decidido solicitar ingreso en el Colegio de Bioética, y gracias a mi querido amigo el Dr. Jesús Ancer Rodríguez, que era Director de la Facultad de Medicina, me becó en el colegio y claro dentro de un contexto general era simplemente mi deseo de oficializar el humanismo con el que yo había crecido en mi propio hogar, al lado de mi padre y de mi madre que ambos desplegaban una sensación heroica de humanismo, de querer a la persona.
Sí me llena de satisfacción el poder transmitir esas sensaciones a mis jóvenes estudiantes en la clase de Neurocirugía en la Facultad de Medicina. Y solía decirles a mis estudiantes que en mi clase se hablaba de todo: hasta de neurocirugía. Y de todo era humanismo y referirme a algunos de los hechos que en la historia se han considerado como importantes dentro del pensamiento del hombre.
Soy egresada del Colegio de Bioética. Para mí la experiencia de haber estado aquí en el colegio fue muy grande y muy importante, porque sí notas el cambio antes de entrar a hacer la maestría y posterior a la maestría. Te das cuenta que haces unos cambios no tanto en tu vida personal nada más, sino se hace en la vida profesional, en la vida familiar y en la sociedad. Es un cambio de paradigmas. Los comienzas a romper y empiezas otros nuevos, ahí es importante de que no olvides la maestría que tomaste en Bioética, porque comienzas a introducir ética en todos los aspectos de tu vida.
En referencia a los pacientes el trato sí cambia todavía más, porque ves al paciente como persona, le das su dignidad, le das su lugar. Y no solo a los pacientes nada más, sino también a los familiares.
Es muy importante que se introduzca la ética en lo profesional porque ahí es donde das una mejor calidad de atención tanto para los estudiantes. Como instructor, como maestro de algunas clases, comienzas a poner cimientos fuertes para que esos alumnos puedan proporcionar una mejor atención a los pacientes que vienen del área médica.
A los pacientes los veo desde el punto de vista completo: psicológico, social, económico y religioso, porque ya lo ves desde una forma integral para poder proporcionarte la atención, que es lo que necesitan los pacientes, no nada más lo ves como una parte, un órgano, un miembro, un todo, es una persona.
Una de las enseñanzas que más recuerdo del colegio de Bioética y procuro aplicarla en mi trabajo profesional es preservar la vida sin caer en el encarnecimiento terapéutico, es ahí donde te das cuenta que el ser supremo da la vida y tú no tienes derecho a quitarla.