El papel del médico ante el caso de Terri Schiavo
¿Terri Schiavo es o no es persona, debió ser o no ser acogida por la sociedad?
Dr. J. A. Vela Staines
Recordando a Karen Ann Quinlan, que por el relieve que tuvo en los medios de comunicación nos recuerda al caso de Terri. La noche del 15 de abril de 1975, tras una supuesta ingesta de «librium», «valium» y algún barbitúrico, y habiendo tomado un gin and tonic durante una fiesta sufrió un paro cardiorrespiratorio que la llevó a un coma vegetativo persistente quedando su vida conectada en forma indefinida a un ventilador.
Después de algún tiempo y posterior a varios intentos ante los tribunales de parte de los padres para que un juez aprobara desconectarla del ventilador, por fin la Corte Suprema del estado de New Jersey (1976) resolvió el caso a favor del padre de Karen Ann, previo a este dictamen el Juez había ordenado que se constituyera un comité de pronóstico que determinó que Karen jamás podría recuperar la conciencia.
Ante la sorpresa de todos Karen sobrevivió todavía 10 años más, y siguiendo el ejemplo de la indicación del juez el cual solicitó la formación de un comité de pronóstico. Muchos hospitales de Estados Unidos y de Europa empezaron la formación ahora de Comités de Ética Hospitalario. En el caso de Quinlan se consideró que el mantener conectado mediante el tubo oro-traqueal a un ventilador era un medio desproporcionado (este tipo de medios éticamente no se está obligado a continuarlos) y no curativo dadas las características de su estado.
En el caso mencionado, el juez nunca autorizó matarla de hambre o de sed. (el darle de comer y beber es un medio que cuando no existe contraindicación médica (íleo, obstrucción intestinal, dificultad respiratoria severa, etc…) se está obligado éticamente a continuarlo siendo una obligación de cualquier persona y sociedad ) aún que la persona haya dejado un testamento en vida o aunque el responsable indique que no sería vida estar en esa situación . En el caso de Terri Schiavo darle de comer y beber es un medio proporcionado, esto es nunca debe de considerarse desproporcionado, es como el no darle de comer a cualquier persona minusválida (autistas, Down etc.), o enferma de su capacidad para razonar. Aún estos enfermos continúan siendo personas por ser portadores de una naturaleza racional a pesar de que ésta esté enferma, la posición de cualquier sociedad debería ser la de acogerla y protegerla (los fuertes protegen a los débiles)
En este caso y en muchos más, la percepción de la realidad marca las decisiones, la influencia de las ideologías. Es conocido que los hombres poseen determinadas cualidades que nos mueven a llamarlos “personas”. Pero a lo que nosotros llamamos personas no es a estas cualidades, sino a su portador. Por lo demás, hay, como es evidente, hombres que no disponen de esas cualidades. Podría parecer, pues, que esos hombres no son personas (como lo veían los blancos que esclavizaban a los negros, o los Españoles a los indígenas por ser diferentes a ellos) no pudiendo invocar ningún derecho a que se les acoja como personas. Esta es la tesis, que tiene su origen en Locke, de Peter Singer y Norbert Horster 1 . No hay duda que las ideologías pueden llevarnos a matar o a provocar la muerte de personas inocentes, así lo hemos visto en el III Reich, y lo vemos en el pensamiento de Locke, de Peter Singer y Norbert Horster.
¿Qué pasa con los hombres disminuidos psíquicos que no son capaces de coordinar sus movimientos, o con los lactantes, que no lo son todavía? ¿Tendremos algún fundamento razonable para tratarlos como personas, o sea como alguien, actitudes que entrañan más esfuerzo y sacrificios que disponer de ellos desde un punto de vista utilitarista?
El estar dispuesto prima facie a semejantes sacrificios es denominado por P. Singer “especiesismo”, es decir, parcialidad infundada por los seres que pertenecen de forma puramente biológica a nuestra especie. 2¿Pero cómo percibimos a los discapacitados? ¿Cómo cosas? ¿Cómo animales de una especie peculiar?
En realidad nuestra percepción espontánea es que son enfermos. Personas con las que no podemos entrar en comunicación personal recíproca, que invariablemente los consideramos como enfermos y por lo que actuamos en consecuencia, tratando de ayudarles a superar los obstáculos que poseen para que puedan reintegrarse a la comunidad personal.
Según P. Singer estos enfermos pueden ser desechados y es inútil que la sociedad aporte ingresos hacia ellos dado que la mayoría están en la fase de no retorno, apreciando exclusivamente una visión biologista de su ser. Pero la existencia de estos enfermos es la más dura de la humanidad. Son hombres. Seres cuya naturaleza exige ser tenida. En caso de afasia (imposibilidad para expresarse) no tendremos acceso a su pensamiento, si además es incapaz de moverse, no habrá indicios de su intencionalidad, sin embargo suponemos el resto de su existencia.
No sabemos qué es lo que piensan o qué es lo que perciben los discapacitados psíquicos o si piensan, aunque la evidencia sea que no piensen, pero como lo propio de la naturaleza humana es ser tenida de modo personal, no tenemos ninguna razón para considerarla de otro modo cuando está gravemente deformada.2La verdad es que los discapacitados o personas con capacidades diferentes nos dan mucho más de lo que reciben. Lo que reciben son ayudas para su soporte vital. Pero el que la parte sana de la humanidad dé estas ayudas tiene para ella una significación más fundamental. Permite que se llene del sentido más profundo la sociedad civil.
El amor a un hombre, o su aceptación va dirigido, como hemos visto, a él, no a sus cualidades. Aunque ciertamente lo percibamos a través de sus cualidades. Estas personas suscitan lo mejor del hombre, el verdadero fundamento del respeto a sí mismo. Lo que de este modo, aceptándolos, dan a la humanidad es más que lo que ellos reciben. Todo indica que la Corte Americana además de considerar que Terri carece de status de persona, le da una posición mucho más trascendente a una opinión atestiguada por su esposo en forma verbal afirmando que ella no quería vivir en estas circunstancias.
Además todo el valor a su esposo por ser el responsable directo familiar legal desconociendo los vínculos sanguíneos con sus padres y poder sobre la vida o la muerte. Pero lo que ninguna corte puede sentenciar en base a ese criterio de forma correcta: es matar a una persona inocente y enferma, de hambre, sed o de cualquier otra forma. Los tribunales, las leyes y el Derecho deberán siempre proteger a los desposeídos y a los más débiles de nuestra sociedad, Vale la pena profundizar en estas corrientes de pensamiento para evitar caer a errores históricos como el del III Reich en donde el Nacional Socialismo consideraba sub humanos a los disminuidos psíquicos, Judíos, etc.. y susceptibles de ser eliminados.
- Peter Singer, Practical Ethics, Cambridge University Press 1973, pp. 122-123
- Spaemann R. , Personas, EUNSA, pp. 227-236