El aborto (primera parte)
Aborto
Gloria María Tomás y Garrido, profesora de Bioética en la Unidad Central de Ética y Bioética
de la Universidad Católica de Murcia, nos presenta un estudio sobre la realidad del aborto hoy en día.
DESARROLLO DEL TEMA
I. INTRODUCCIÓN
Entre los dramas más profundos de nuestro tiempo se encuentra la pérdida del sentido transcendente de la persona humana, el olvido de su genuina dignidad y la esclavitud de los hombres a sus propias obras y proyectos.
Por ello la vida humana se ve amenazada de múltiples maneras. Situación que no responde al designio de Dios Creador, ni al proyecto humano de ser hombre.
Una manifestación de este diagnóstico es el aborto provocado y procurado, aceptando en tantos casos a nivel legal. Se viene a consentir en la muerte injustísima de inocentes, motivado la mayoría de las veces por comodidad, por ignorancia y desinformación, e incluso por soledad.
Los objetivos de este trabajo son ofertar una información básica, unos criterios sólidos y una panorámica sobre el fenómeno del aborto provocado, su realidad biológica, el tratamiento legal, la consideración social y sus aspectos éticos-morales. Así se dispone de claves y de argumentaciones sobre el valor y la dignidad de la vida humana, y con la consideración que deben merecer por parte de las personas, las instituciones, los poderes públicos y la propia legislación.
II. LA REALIDAD BIOLÓGICA (El vientre materno: de cuna natural a corredor de la muerte) (1)
I. EL COMIENZO DE LA VIDA HUMANA
1. Momento clave: la unión del espermatozoide con el óvulo
1.Cada individuo tiene un comienzo preciso: el de su concepción
Desde que se produce la fecundación mediante la unión del espermatozoide con el óvulo, surge un nuevo ser humano distinto de todos los que han existido, existen y existirán.
La biología nos enseña que los progenitores están unidos a su progenie por un eslabón material continuo en el que el óvulo fecundado posee el programa completo: se trata del filamento molecular del ADN. En cada célula reproductora este filamento, de un metro de longitud aproximadamente, está cortado en piezas, los cromosomas, que son 23 en nuestra especie, localizados en el núcleo celular. La genética estudia la naturaleza y función del ADN. Todo lo que un organismo materialmente será se encuentra escrito en su ADN.
La vida tiene una historia muy larga, se remonta a tiempo inmemorial, pero cada individuo tiene un comienzo preciso, el momento de su concepción. Durante la vida de un individuo, todas las células que lo componen tienen los mismos cromosomas, que se reunieron por vez primera en el cigoto. El ADN nuclear se convierte en una suerte de código de barras; es la huella digital molecular de la materialidad del cuerpo, y por tanto de la persona.
Sin embargo, la vida biológica no es los cromosomas, sino la célula en la que se encuentran, puesto que una célula es la menor porción de materia organizada capaz de mantener y transmitir la vida(2).
2.Patrimonio genético y sistema inmunológico propios
A partir de la fecundación hay un nuevo patrimonio genético, distinto del de la madre. Y un sistema inmunológico propio, también diferente del de la madre; hay pues una nueva vida humana, que se concreta en la progresiva realización del nuevo individuo de la especie humana; no se da ya ningún cambio cualitativo que permita afirmar que primero no existía un ser humano y después sí.
Este cambio cualitativo únicamente ocurre en la fecundación y, a partir de entonces el nuevo ser, en interacción con la madre, sólo precisa factores externos para llegar a adulto: oxígeno, alimentación y paso del tiempo. El resto está ya desde el principio.
No estamos ante un ser humano potencial, sino ante una persona llena de potencialidades que deben desarrollarse. El dinamismo biológico de todo ser vivo comienza con la unión del espermatozoide con el óvulo. Schimmel y Crumm, en 1994 publicaban dos fotografías impresionantes: en una se observa el momento de la fecundación, por penetración con ayuda de una micropipeta de un espermatozoide humano en el citoplasma del óvulo humano; en la otra, tomada 45 horas después, en pleno proceso de segmentación, se fotografía la aspiración de una blastómera.
En el proceso de la fecundación(3), desde el desprendimiento del óvulo del ovario, su captación por las franjas tubáricas y la capacitación del único espermatozoide que penetrará en la célula femenina se ha estudiado como en el óvulo entra todo el espermatozoide y en su interior se mueve muy lentamente; los dos pronúcleos se va acercando hacia el centro, para fusionarse las cromatinas de ambos. El momento de la fusión de los dos pronúcleos, más que la adhesión de las membranas del espermatozoide y del óvulo, es el acontecimiento culminante de la fecundación, pues es entonces cuando se suman las dos cargas genéticas. Desde que se inicia hasta que termina esta fusión de núcleos pasan unas once horas. Después comienzan las divisiones, al principio de un modo muy rápido, y después más asincrónico.
3.La individuación se da desde el primer momento de la fecundación
Hasta el momento del nacimiento se producen unas 41 generaciones celulares, y muy pocas más tendrán lugar desde el nacimiento hasta el final de la vida.
El embrión, ya desde su más temprana etapa de evolución, influye poderosamente en la adecuación del organismo materno para su óptimo desarrollo, pero aunque la intervención del organismo materno sea muy importante, no significa que su actuación sea exclusiva y que consiga un total dominio en el desarrollo embrionario, sino que el nuevo ser tiene una autonomía relativa y real.
La individuación se da desde el primer momento de la fecundación. El genotipo va dirigiendo el desarrollo, que manifiesta el fenotipo, en el que también influyen las circunstancias externas, así se irá manifestando continuamente que ese ser tiene la condición de individuo de la especie humana.
2. La vida humana es concreta, es un continuo
A veces se presenta el término de vida humana como una idea abstracta; pero la realidad es que no existen más que seres humanos individuales. Una vida humana concreta no es, no puede ser otra cosa que un ser humano. El prerrequisito para la individuación es el paso inmediato que sigue a la concepción, minutos después de ésta. El desarrollo humano es un continuo en el que no hay saltos cualitativos, sino la progresiva realización del destino personal.
Lo que, habiendo sido engendrado por el hombre, se desarrolla autónomamente hasta tomar figura humana madura ha de ser considerado, en todo momento, como “alguien”, y no como “algo”. Para la condición de ser personal sólo puede y debe haber un criterio: la pertenencia biológica al género humano. De ahí que tampoco se pueda separar el comienzo y el fin de la existencia de la persona del comienzo y fin de la vida humana. Si existe “alguien”, existe desde que existe un organismo humano individual, y seguirá existiendo mientras el organismo esté vivo. El ser persona es la vida de un hombre(4).
II. ETAPAS SIGNIFICATIVAS EN EL DESARROLLO INTRAUTERINO
1. No al término pre-embrión
Aceptar el hecho de que tras la fertilización, un nuevo ser humano ha comenzado a existir no es cuestión de gusto u opinión. Su naturaleza, desde su concepción hasta su vejez, no es una disputa metafísica, es una simple evidencia experimental.
En esta continuidad del desarrollo embrionario se suelen distinguir tres periodos: una fase de prediferenciación, que abarca prácticamente el primer mes del desarrollo; una fase embrionaria, que ocupa el segundo mes y posiblemente parte del tercero, y el resto del tiempo que es el periodo fetal. Hacia la terminación del desarrollo, en el periodo fetal, predominan los procesos de crecimiento y aumento del tamaño de los órganos, ya formados con anterioridad totalmente, e incluso se van adquiriendo nuevas funciones.
La frontera entre unos y otros periodos no se puede determinar con conceptos convencionales, pero lo que no cabe el paso de una individualidad a otra; desde el cigoto, como la primera célula que resulta de la fusión de las células masculina y femenina, hasta la muerte, existe biológicamente el mismo ser. Es engañoso pretender que adquiera características de determinado periodo para reconocerlo como humano: un ser no es una etapa, es todas las etapas por los que pasa su vida.
La idea de pre-embrión es un concepto surgido en le Reino Unido, que abarca los 14 primeros días del desarrollo, viniendo a coincidir su terminación con la aparición de la línea primitiva. A éste término se le ha dado una connotación extrabiológica e incluso extracientífica, considerándolo como no humano.
2. Etapas del desarrollo intrauterino
La reproducción en el ser humano es sexual. Implica la formación y donación de gametos entre dos individuos: varón y mujer. La fecundación es interna así como el desarrollo del embrión; las crías son vivíparas, están vivas en el útero materno y el desarrollo intrauterino esquemáticamente, sigue las siguientes etapas:
Tras unas primeras divisiones celulares, este ser humano recibe el nombre de mórula, en la que pronto aparecerá una diferenciación entre las células que formarán el embrión y las destinadas a formar la placenta.
En el embrión de dos y cuatro células se verifica la síntesis de factores de crecimiento: él dirige su propio desarrollo según el plan de la especie humana. Se ha encontrado que en los primeros días de su existencia libera al medio sustancias que afectan al endometrio (tejido uterino de implantación) para adherirse y proseguir su crecimiento, mostrando que también se comunica bioquímicamente con su madre.
Surge después el blastocisto, que anidará en la pared del útero de su madre.
A continuación se van diferenciando sus órganos durante todo el periodo embrionario, al tiempo que la placenta se desarrolla plenamente. El comienzo del desarrollo del ser humano sucede entre los 17-20 días después de la fecundación.
La activación del ovocito se ha descrito como una verdadera “explosión de vida”, un despertar celular que pone en juego una serie de eventos concatenados que dirigen al cigoto a la división y diferenciación aumentando su complejidad. Esta explosión de vida se pone de manifiesto en el hecho de que la supervivencia del embrión es mayor en comparación con las células que le dieron origen, aún bajo condiciones de congelación.
El embrión, que ya se denomina feto, y continúa su crecimiento mientras se produce la maduración funcional de sus órganos hasta que, en un momento dado, nacerá y se llama neonato.
El desarrollo de los distintos órganos con la consiguiente división de funciones se realiza de un modo suave, perfectamente acoplado.
A las dos semanas de la fecundación se inicia el desarrollo del sistema nervioso.
A las tres semanas de vida comienza a diferenciarse el cerebro, aparecen esbozos de lo que serán las piernas y los brazos, y se puede comprobar cómo late el corazón y circula la sangre.
A las cuatro semanas ya empiezan a formarse los ojos.
En la semana sexta, la cabeza prácticamente tiene la forma definitiva, el cerebro está muy desarrollado, y se puede hacer al embrión un electroencefalograma, que detecta la actividad eléctrica de su cerebro; comienzan a formarse manos y pies; aparecen, cumplidos los cincuenta días, las huellas dactilares, las que permanecen para toda su vida, y que diferenciarán a este ser de millones de sus semejantes. Los labios se abren y se cierran.
A las ocho semanas, el estómago comienza la secreción gástrica; también aparecen las uñas, y en realidad todos los sistemas del cuerpo están funcionando; mide el feto unos cuatro centímetros y pesa unos cuatro gramos.
3. ¿Es problema la gemelación?
Como explican los profesores Velayos y Santamaría, ese ser, vivo y autónomo, tiene la condición de individuo de la especie humana. Se ha argumentado contra esta realidad el hecho de la posible formación de gemelos, al menos en las primeras fases del desarrollo, diciendo que un individuo humano no lo es si se puede dividir, con lo que se confunde individualidad con indivisibilidad.
El problema de los gemelos no es tal: significa que el comienzo de la vida del hermano gemelo se hace por desprendimiento de un grupo de células de su hermano, lo cual es cierto, pero lo único que cabe afirmar es que también en la especie humana, al igual que en otras especies animales y vegetales, se da la posibilidad de una generación distinta a la fecundación, por escisión.
La diferencia con otras especies estribaría en que en el hombre, esta posibilidad queda limitada a etapas muy iniciales del desarrollo, mientras que en otros seres vivos se mantiene en la vida adulta.
También se podría interpretar el fenómeno de la gemelación como la manifestación externa de la presencia ya desde el principio de dos hermanos que comparten un mismo hábitat físico hasta que sucede la separación gemelar, si bien esta posibilidad es teórica y difícil de ser demostrada.
En todo caso, siempre habrá una individualidad con una potencialidad de divisibilidad cada vez menor, lo que no invalida el que en todo momento, antes y después de una división con separación de células, se pueda hablar de individuo/individuos.
III. DESARROLLO EXTRAUTERINO
Hay cambios que no se producirán más que después de nacer. La primera dentición se da a los seis meses, y la salida de los dientes definitivos suele ocurrir a los siete años, y las últimas muelas no salen hasta bien avanzada la edad adulta.
Orgánicamente, sin saltos cualitativos, el neonato se hace niño, y el niño, tras la pubertad, adolescente. La pubertad, con todos sus cambios anatómicos y fisiológicos, acaece en la segunda década de la vida, donde aparece también la capacidad reproductora.
El adolescente pasa a joven, el joven a adulto y el adulto a anciano.
Estos son los nombres que distinguen las etapas de la vida de un solo ser que surgió con la fecundación y que será el mismo hasta que muera, aunque su apariencia externa, varíe de una a otra fase, con sus etapas evolutivas e involutivas.
IV ¿ QUÉ ES EL ABORTO?
La Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en el periodo no viable de su vida intrauterina, es decir, cuando no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en periodo viable pero antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto si el feto sobrevive como si muere.
El Derecho considera aborto la muerte del feto mediante su destrucción mientras depende del claustro materno o por su expulsión prematuramente provocada para que muera, tanto si no es viable como si lo es.
En el lenguaje corriente, aborto es la muerte del feto por su expulsión natural o provocada, en cualquier momento de su vida intrauterina. Es la acepción que emplearemos en este libro.
V. ABORTO ESPONTÁNEO Y PROCURADO
El aborto puede ser espontáneo o provocado. El espontáneo se produce bien porque surge la muerte intrauterinamente, o bien porque causas diversas motivan la expulsión del nuevo ser al exterior, donde fallece dada su falta de capacidad para vivir fuera del vientre de su madre.
Si el aborto es provocado, se realiza matando al hijo en el seno materno o forzando artificialmente su expulsión para que muera al exterior.
VI. MÉTODOS HABITUALES EN LA PRÁCTICA DEL ABORTO
El aborto provocado tiene por objeto la destrucción del hijo en desarrollo en el seno materno, o su expulsión prematura para que muera.
Los métodos para lograr este abominable objetivo se eligen atendiendo a los medios de que se disponga y a la edad del feto que hay que suprimir. Los más utilizados son: aspiración, legrado, histerectomía, inducción de contracciones e inyección intraamniótica.
También existen los preparados farmacéuticos que, con apariencia de medicamento, se emplean para lograr el aborto.
Generalmente los métodos se utilizan sólo en los primeros meses del embarazo, ya que el hijo crece y se desarrolla muy rápidamente, y después tanto la trituración como la expulsión se hace muy difícil para quien realiza el aborto y muy peligrosa para la madre.
Como es fácil de comprender en todo tipo de aborto, existe además para la madre, el riesgo de infecciones, de perforación uterina y que a las hemorragias se una la lesión de órganos abdominales. Aunque ninguna de estas alteraciones sea muy frecuente, si queda también el peligro de que estas manipulaciones incidan negativamente en el desarrollo de embarazos posteriores.
Mucho más significativo es el alto riesgo de alteraciones psíquicas que aparecen bien directamente o bien tardía en la persona que ha abortado, en último término, por la intuición humana de que se ha realizado un crimen contra la vida de un inocente indefenso, algo que jamás puede justificarse.
1. Aborto por aspiración
Consiste en la dilatación del cuello uterino, con el instrumental adecuado para realizar esta función, para que por él pueda caber un tubo que va conectado a un potente aspirador. La fuerza de la succión arrastra al embrión y al resto del contenido uterino, todo deshecho en pequeños trozos. Una vez terminada la operación de succión se suele realizar un legrado para obtener la certeza que el útero ha quedado bien vacío.
Se utiliza este procedimiento cuando el embarazo es de menos de diez o doce semanas.
2.Método de legrado
El legrado o raspado, también llamado “curetaje”, es el método más empleado. Se comienza por dilatar convenientemente el cuello del útero, que sólo puede hacerse bajo anestesia. Después se introduce en el útero una especie de cucharilla de bordes cortantes, llamada legra o “cureta”, que trocea bien a la placenta y al hijo al ser conducida de arriba abajo por toda la cavidad del útero. Los trozos así obtenidos se extraen con la misma legra.
Se suele practicar el legrado sobre todo en los tres o cuatro primeros meses de la vida del hijo. Si el embarazo ha superado las doce semanas, las dificultades aumentan y hay que triturar muy bien el cuerpo del feto para sacarlo al exterior. A veces, pueden quedar grandes restos en el interior del útero, por ejemplo, la cabeza, y por eso el abortador debe identificar cuidadosamente todos los restos extraídos para asegurarse de que no ha quedado nada dentro de la madre.
3.Método de la histerectomía o minicesárea
Consiste en practicar una incisión en el útero a través del abdomen materno para extraer por ella al hijo y la placenta. Se suele emplear este método a partir de las veinte semanas del embarazo. Habitualmente se extraen niños vivos, pero que mueren después ya que generalmente no son viables hasta la semana veintiocho.
4. Aborto por inducción de contracciones
En este método se provoca la expulsión del feto y de la placenta mediante la administración a la madre, por diversas vías, de sustancias que provocan contracciones semejantes a las de un parto, como por ejemplo, prostaglandinas, la oxitocina.
Estas contracciones provocan la dilatación del cuello uterino, y la bolsa en que está el hijo, se desprende de las paredes del útero.
5. Método de la inyección intraamniótica
Se inyecta una solución salina hipertónica –o una solución de urea- en el líquido amniótico a través del abdomen de la madre. Estas soluciones irritantes provocan contracciones similares a las del parto, y tras la inyección, con un intervalo de uno o de dos días, el hijo y la placenta suelen ser expulsados al exterior. Con frecuencia, después se realiza un legrado, para asegurarse de la expulsión de la placenta.
Para que este método sea eficaz, el embarazo debe ser de cierto tiempo, de más de cuatro meses.
Además de la expulsión, estas soluciones son irritantes para el feto, que no sólo se envenena, sino que además le produce quemaduras extensas. El feto muere con toda seguridad.
6. Utilización de píldoras abortivas
Tanto los estrógenos como los prostágenos pueden recetarse para diversos trastornos ginecológicos. Una de las indicaciones de estas píldoras combinadas (estrógenos/prostágenos) y de las píldoras únicamente prostágenas es la anticoncepción.
Existen cuatro mecanismos identificados mediante los cuales pueden ejercer su efecto:
-inhibir de la ovulación;
-evitar la implantación endometrial del óvulo fecundado;
-alterar de la consistencia del moco cervical, inhibiendo la movilidad del espermio, y
-disminuir de la motilidad de la trompa de Falopio(5).
Uno o más de los cuatro mecanismos predominan al impedir el curso del embarazo, según el tipo de píldora utilizada.
Las principales que se utilizan son:
1. Las píldoras anticonceptivas combinadas
Las píldoras anticonceptivas combinadas, como ya se ha indicado, han sido consideradas como inhibidoras de la ovulación, y existen indicios que prueban que las más antiguas fórmulas de dosis elevadas hacían exactamente eso. Actualmente la composición son estrógenos en baja dosis, encaminadas a minimizar los efectos secundarios, y lo que se produce es la ovulación-ruptura, por lo que se conjetura que el mecanismo endometrial se activa más lentamente si se produce la concepción, al impedir el embarazo en curso. Generalmente inhiben bien la ovulación, y si no lo hacen, el endometrio no está tan atrófico para que no se implante la gestación.
2. Las píldoras únicamente prostágenas o minipíldoras
Están destinadas, principalmente a aquellas mujeres en las que están contraindicados los estrógenos. Con su empleo la ovulación se produce en alto grado, algunas fuentes señalan el 60%-85%. En tales casos, el modo de actuar depende del efecto prostágeno tanto sobre el endometrio como sobre el moco cervical. Se activa el mecanismo que vuelve poco receptivo el endometrio a la implantación, y así impide el embarazo.
Se han realizado estudios estadísticos dando la conclusión de un aborto químico por cada 88 ciclos menstruales para una mujer que sistemáticamente tome la píldora combinada. Es decir, un aborto cada siete años.
7. Utilización de prostágenos inyectables
Actúan sobre el principio del mecanismo prostágeno, que comprende la interferencia en la ovulación, el moco cervical y la implantación endometrial. La evidencia clínica indica que el grado de ovulación con este sistema es muy bajo, pero será operativo en algún grado como se muestra por la tasa de embarazos descubiertos en un 0.3% por cien mujeres y año.
Norplant es un sistema de implante de modo subcutáneo, cuya función es originar la supresión del crecimiento del endometrio.
La efectividad de estos métodos, intentado muchas veces, sólo se ha conseguido en parte con la RU-486 (antiprogesterona del cuerpo lúteo) y la denominada píldora del día después (estrógenos y prostágenos a altas dosis).
8. RU-486
La RU-486 es un compuesto, Mifepristone, que inhibe la función de la progesterona bloqueando su acción, por ser un antagonista de sus receptores. Es además, un potente antiglucocorticoide, cuyo mecanismo de acción afecta al endometrio al que modifica e involuciona-, al miometrio –aumentando sus contracciones-, al cuello uterino –relajando el cervix y dilatando su orificio- y a la placenta –anula su función en el proceso de formación, con lo que se produce la muerte del embrión al privarle de las sustancias nutritivas-.
En síntesis, y en combinación con algunas protanglandinas, tiene un potente efecto abortivo. Su administración se realiza en época muy temprana del embarazo, antes de la sexta semana de la vida del hijo, por lo tanto, antes de que se produzca la segunda falta de la regla de la madre. 48 horas después de administrarse se produce una menstruación con la expulsión del embrión. También puede ser utilizada como coadyuvante en abortos de embarazos del segundo trimestre, y tiene otras aplicaciones relacionadas con estos campos.
Puede utilizarse tanto por vía vaginal como oral y su eficacia para conseguir el efecto abortivo es de un 96%; a veces, se ha practicar después un legrado para consumar este tipo de aborto.
Tiene además efectos secundarios, desde dolores abdominales, náusea y diarreas, hasta graves hemorragias uterinas, que pueden producirse entre una o dos semanas después del uso del abortivo, y que puede prologarse durante unos quince días(6). Últimamente se está prodigando el uso de Metothrexate IM a dosis única, para “reabsorber” el embrión y el Misoprostol –prostaglandina usada como protector gástrico- para inducir contracciones, dilatar el cuello uterino y expulsar el embrión.
9. La píldora del día después
La comercialización, con receta médica, de la píldora de emergencia, también conocida como píldora postcoital o del día después, está generando un debate similar al que en su día protagonizó la RU-486, aprobada en España en el 2000, y que se suministra en hospitales y clínicas autorizadas, baja estricta supervisión médica.
A diferencia de las anteriores, utilizadas con este fin, en su composición se han eliminado los estrógenos y su fórmula básicamente es un gestágeno, el Levo-Norgestrel, más eficaz y con menos efectos secundarios como vómitos, náusea y tensión mamaria. O también, como ya hemos dicho, estrógenos y prostágenos a altas dosis, como Neogynona o Eugynon. Se emplean durante tres días.
Actúa sobre el sistema hormonal femenino: retrasa la ovulación, por lo que puede impedir la fecundación; impide la implantación del óvulo fecundado en la matriz, cambia la movilidad de las trompas de Falopio y hace que los espermatozoides vayan más despacio. Según The Lancet, su eficacia llega, sobre un 100% de fecundaciones producidas al 85%. si es que llega a darse su fecundación. Es un producto anticonceptivo y abortivo, si falla su efecto contra la fecundación.
Al entorpecer la implantación volviendo hostil la pared del endometrio a su implantación e impidiendo así el vínculo con la corriente sanguínea ricamente nutritiva de la madre. La consecuencia es la expulsión prematura y artificialmente inducida del embrión recién concebido.
Se le quiere dar un carácter de fármaco porque sus efectos secundarios, como ya hemos indicado y por lo que hasta ahora se conoce, son muy inferiores a los de otros anticonceptivos orales, pero esto es un error terminológico, ya que este producto ni cura ni previene ninguna enfermedad, pues el embarazo no es ninguna falta de salud.
Los embarazos de alto riesgo son otras cuestiones muy minoritarias. En este aspecto el Dr. Ángel García, secretario del Colegio de Médicos de Asturias, ha puesto de manifiesto como no es un problema nuevo el que los médicos no quieran recetarla. A lo largo de la historia ha habido médicos que se rebelaron contra sociedades y gobiernos que les exigían hacer lo que no debían. Todavía hoy Amnistía Internacional denuncia el encarcelamiento de algunos que no han querido colaborar con el correspondiente régimen despótico para hacer fechorías en los cuerpos de los hombres.
No se trata de razones religiosas, indicará este profesional, ni de cuestiones de conciencia, para que hayan de recurrir a la objeción de conciencia –con las posibles represalias laborales, aislamientos o al menos significación dentro del grupo en el ejercicio de la actividad clínica-. Lo lógico es que este tipo de productos, como ocurre con los preservativos, se ofrezca sin recurrir al médico, si es que efectivamente hay una demanda tal que la sociedad los desea como útiles.
Hay una serie de actividades, algunas relacionadas directamente con los actos fallidos del amor, como la anticoncepción, el aborto, la esterilización no terapéutica y otras que no son actos médicos, aunque tengan por objeto el cuerpo humano. El juramento de Hipócrates: “Y no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo”, tiene un valor universal y sigue tan vivo como hace veinticinco siglos, porque tiene valor eterno, aunque haya lugares y épocas que no lo reconozcan.
10. Dispositivos intrauterinos
Es una técnica más de contracepción, tanto normal como de emergencia que, en este segundo caso, pretende utilizar medios para abortar, en un tiempo muy breve, después del acto sexual que se presume fecundante.
La inserción de la espiral o DIU se emplea en el caso en el que hayan transcurrido más de 72 horas de la relación sexual, presumiblemente fecundante, porque la espiral ejerce su efecto hasta los 5-7 días después de la ovulación, o bien si existe alguna contraindicación para el uso masivo de estrógenos o de estroprostágenos.
Son de distintos tipos: de polietileno y cobre, algunos de ellos con un núcleo de plata y otros impregnados de componentes hormonales, que se introducen en el útero. Todos ellos originan una reacción inflamatoria local, implicando cambios químicos y celulares que dificultan la implantación.
Al insertar el DIU el endometrio se torna inhóspito, debido a la inflamación ocasionada por la presencia de un cuerpo extraño que acumula líquido y engrosa el endometrio y no permite la implantación del posible embrión formado. Entre los efectos colaterales de la inserción de la espiral se dan calambre uterinos, metrorragias e incremento de la enfermedad pélvica inflamatoria.
La espiral no impide la ovulación o la concepción, sino que más bien neutraliza la implantación del embrión recién concebido. Este rechazo bioquímico imposibilita la nutrición en curso y el embrión se pierde en el posterior flujo menstrual. Más que anticonceptiva, es una acciónabortiva. (7)