Criterios éticos para los trasplantes de órganos
Ética
Publicamos el discurso que dirigió Benedicto XVI a los participantes en el congreso internacional sobre el tema «Un don para la vida.
Consideraciones sobre la donación de órganos», celebrado del 6 al 8 de noviembre en Roma, por iniciativa de la Academia Pontificia para la Vida, en colaboración con la Federación Internacional de las Asociaciones Médicas Católicas y el Centro nacional Italiano de Trasplantes.
Venerados hermanos en el episcopado, ilustres señores y señoras:
La donación de órganos es una forma peculiar de testimonio de la caridad. En un período como el nuestro, con frecuencia marcado por diferentes formas de egoísmo, es cada vez más urgente comprender cómo es determinante para una correcta concepción de la vida entrar en la lógica de la gratuidad.
Existe, de hecho, una responsabilidad del amor y de la caridad que compromete a hacer de la propia vida un don para los demás, si se quiere verdaderamente la propia realización. Como nos enseñó el Señor Jesús, sólo quien da la propia vida podrá salvarla (Cf. Lucas 9, 24). Saludo a todos los presentes, en particular al senador Maurizio Sacconi, ministro de Trabajo, Salud y Políticas Sociales de Italia, y doy las gracias al arzobispo monseñor Rino Fisichella, presidente de la Academia Pontificia para la Vida por las palabras que me ha dirigido, ilustrando el profundo significado de este encuentro y presentando la síntesis de los trabajos del congreso.
Junto a él, doy las gracias también al presidente de la Federación Internacional de las Asociaciones Médicas Católicas y al director del Centro Nacional de Trasplantes, subrayando con aprecio el valor de la colaboración de estos organismos en un ámbito como el del trasplante de órganos, que ha sido argumento de vuestras jornadas de estudio y de debate.
7 noviembre 2008 (ZENIT.org)