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«Es imposible clonar un ser humano de forma eficaz»

15:14 15 agosto in Clonación

Clonación
«El avance de la biomedicina es imparable, pero debe estar regulado por la ética» , dice el científico coreano Woo Suk Hwang, profesor de la Universidad Nacional de Seúl.
El científico coreano Woo Suk Hwang, profesor de la Universidad Nacional de Seúl, se convirtió en febrero de este año en el primer investigador en conseguir con éxito la clonación humana con fines terapéuticos hasta la fase de blastocito, un tipo de células que se forman a partir del cuarto día del desarrollo embrionario humano. Hwang viajó ayer por primera vez a Asturias por invitación de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI) que preside Marcelo Palacios.

El científico coreano, que con su investigación ha abierto nuevas vías para futuros tratamientos regenerativos, explicó sus descubrimientos en el Hospital de Cabueñes de Gijón y en una conferencia abierta de los cursos de verano de la Universidad de Oviedo, donde defendió la necesidad de contar con guías bioéticas en las investigaciones científicas.

-¿Es posible la clonación humana?

-No. En mi humilde opinión de científico es imposible clonar de forma eficaz a un ser humano y mi punto de vista está basado en tesis científicas. Hemos llegado a clonar animales como vacas o cerdos, pero la tasa de éxito en este tipo de clonación es muy baja. Para clonar a un ser humano necesitaríamos tener miles y miles de ovocitos y cientos de miles de «madres de alquiler». Además entre las crías que han logrado nacer, hemos detectado importantes defectos anatómicos y biológicos como hepatomegalia, defectos cardíacos, síndrome de la descendencia grande y síndrome de hidrocefalia. También se ha detectado un síndrome placentario grave en los embriones de animales, una anomalía que no permite el desarrollo embrionario. Por eso creo que la clonación humana es inviable.

-¿La ética puede frenar los avances médicos?

-Creo que pueden convivir. Tenemos que seguir investigando en esta línea sobre las células madres embrionarias para conocer mecanismos que generan enfermedades que hasta ahora son incurables y también creo que debemos tener presente nuestra obligación de preservar una guía bioética sobre los procesos de investigación sobre esta materia. El avance de la biomedicina es imparable pero debe estar regulado de alguna manera por las directrices bioéticas para evitar los posibles abusos en la investigación. Al contrario de lo que se pueda pensar, la finalidad de nuestra investigación no era la clonación humana sino la obtención de células madre embrionarias a partir de embriones clonados. Esta línea de investigación abre cantidad de puertas de cara a futuras terapias de enfermedades irresolubles.

-¿Su trabajo le ha acarreado dudas éticas?

-Por supuesto. Siempre trato de tener en consideración todos los aspectos éticos y en nuestro propio grupo de trabajo discutimos los aspectos éticos de nuestras investigaciones. Curiosamente, la mitad de nuestro grupo de investigadores tienen raíces cristianas.

-En su opinión, ¿cuándo empieza la vida?

-Bueno, en Corea muchos científicos me tachan de conservador porque estoy convencido de que la vida comienza en el momento en que un óvulo es fecundado por un espermatozoide. De hecho, esta convicción es la que justifica mi postura antiabortista.

-¿Cuál ha sido el mayor obstáculo en su investigación?

-Bueno, entre los investigadores que trabajamos con células madre existen posiciones diferentes sobre qué células madre son más útiles y hay abiertas varias líneas de investigación con células madre, una de ellas consiste en la derivación de células madre embrionarias a partir de técnicas de fecundación in vitro y otra la obtención de células madre extraídas de embriones somáticos. Además de células madre embrionarias existen otro tipo de células madre en el cuerpo humano. En este sentido, uno de los problemas más relevantes con los que choca este tipo de investigaciones es el rechazo inmunológico y creemos que para resolver este problema las células madre derivadas de embriones clónicos pueden ser la solución ya que si usamos células madre extraídas del propio paciente se supera el rechazo inmunológico.

-¿Cuándo se podrá ver una aplicación clínica de sus logros?

-Nuestro trabajo ha sido muy complejo y muy difícil. Hemos tenido restricciones legales a la hora de obtener ovocitos para poner en marcha nuestro método de transferencia nuclear. Ahora mismo en Corea estamos trabajando con óvulos de donantes voluntarios y es muy pronto para pensar en una aplicación clínica de nuestras investigaciones. Creo que acabamos de iniciar esta carrera terapéutica y uno de los primeros objetivos es conocer los mecanismos de diferenciación de las células madre en células especializadas. Una vez logrado habrá que superar con éxito los protocolos de investigación en los animales. Según mis cálculos aún tenemos por delante un mínimo de cinco años y un máximo de diez para poder empezar con las aplicaciones clínicas.

-¿A qué tipo de restricciones legales se refiere?

-Nuestra ley prohíbe la clonación humana con fines reproductivos y su uso con fines terapéuticos está regulado de forma muy estricta sólo en base a casos críticos y, por supuesto, la transmisión de código genético animal a humanos está totalmente prohibida. También existe un Comité Nacional Regulador que permite crear líneas de células madre humanas a partir de embriones sobrantes y aunque ejerce un papel regulador está abierto a futuros avances. Ahora mismo nuestras investigaciones están paradas y estamos realizando contactos para mantener conversaciones con representantes de diversos colectivos sociales en Corea para sacar adelante una ley sobre clonación que se debatirá en el gobierno el próximo 1 de enero. Espero poder contar con el permiso del Comité Regulador para que se logre aprobar esa ley y continuar con nuestro trabajo.

-La revista «Nature» publicó que presionó a sus alumnas para que donasen óvulos, algo que usted negó con posterioridad. ¿Qué pasó?

-La verdad es que no sé muy bien que pasó. Creo que fue un malentendido. Verá, nos llamaron al laboratorio para hacer la entrevista por teléfono y el periodista tenía un acento que era difícil de entender, incluso para mí. El periodista habló con varias personas del equipo y una chica le comentó que estaría encantada de donar óvulos si se lo pidiesen. Lo que se publicó después fue que yo obligaba a las estudiantes y mujeres de mi equipo a donar óvulos, algo totalmente falso. En fin, un error de comunicación.

-¿Conocía la labor de SIBI antes de esta visita?

-No, pero me he dado cuenta de que es un organismo que juega un papel muy relevante en el asesoramiento de la ciencia biomédica. Espero que podamos mantener una línea de conexión entre nuestro equipo de investigación y la SIBI, incluso podríamos comenzar a colaborar en la organización de un simposio especializado en temas de clonación. Por mi parte haré extensible mi conocimiento de la SIBI a organizaciones de otros países, en especial del oriente asiático, y desde luego me voy a ocupar de que se cree unas sinergias de sintonía perfectas entre la SIBI y los grupos de investigación científica de Corea del Sur.